
Para extraer las lonchas hay que apoyar el cuchillo jamonero firmemente sobre el corte, sin presionar y desplazándolo con un ligero vaivén. Las lonchas deben ser finas, casi translucidas, combinando el magro y el tocino blanco para obtener el máximo aroma y sabor.
Las lonchas se presentaran en el plato en la cantidad justa, de manera ordenada y con un ligero solapamiento. Corte solo la cantidad que vaya a consumir.
La temperatura ideal para cortar y degustar el jamón ibérico es entre 18 y 24 grados centígrados.
La presencia ocasional de unos diminutos puntos blancos salpicados entre la carne, conocidos como cristales de tirosina, lejos de ser perjudicial, denota un añejamiento correcto en bodega, su larga curación y su bajo contenido en sal.
El jamón ibérico de bellota tiene un importante contenido en ácido oleico, como el aceite de oliva, y es rico en grasas monoinsaturadas que producen efectos beneficiosos, disminuyendo el índice de colesterol total, los triglicéridos y el colesterol LDL.